El
grupo de expedicionarios
Uno
de los témpanos que
avistamos en nuestro recorrido
|
Desde
el "Ice Lady Patagonia" de regreso
Queridos
amigos:
El Ice Lady Patagonia está ya de regreso en Ushuaia y los 19 tripulantes
que lo llevaron a los confines del globo se están separando. Algunos
seguiremos abordo y otros se reincertarán a sus actividades.
Continuando con el relato anterior les comento que luego de brindar con
whisky con hielo milenario de un témpano glaciar al que algunos
intrépidos se subieron con picos, nos dirigimos nuevamente hacia
el norte.
Mar de Bellingshausen, estrecho de Bismark y canal de Le Maire fueron
los lugares por donde pasamos hasta llegar a Puerto Charcot, lugar de
serena belleza donde el famoso científico francés pasó
el invierno en su campaña de exploración antártica.
El clima nos acompañó y días sin nubes nos permitieron
apreciar un paisaje absolutamente espectacular. Los manchones de roca
negra que sobresalen de entre los gigantescos glaciares y picos de mas
de mil metros que se elevan a ambos lados contrastan con los los témpanos que nos circundan. Toda la gama del azul podemos encontrar en ellos, desde un pálido gris-celeste hasta el índigo mas intenso. Desde
hielo blando y nuevo hasta bloques de hielo fósil que semejan piedras
de pulido cristal. Es como si gigantescos diamantes o aguamarinas apenas flotando se escondieran entre los demás escombros de hielo.
Así nos internamos nuevamente en el estrecho de Gerlache y llegamos
hasta la Estación Científica Almirante Brown. La misma se
encuentra en un lugar llamado Bahía Paraíso y el nombre
hace honor al entorno. Desgraciadamente no estaba en funcionamiento y
su estado general es bastante lamentable. Bahía Paraíso
es un destino de muchos cruceros turísticos y lo que miles de viajeros
de todo el mundo pueden apreciar aparte de la belleza circundante es la febril actividad de la base chilena González Videla a la entrada
de la bahía contrastando con el abandono de la estación argentina. Luego de dejar una placa recordatoria en Almirante Brown y reparar con lo que pudimos unas tapias de las puertas seguimos hacia el
norte para recalar nuevamente en puerto Foyn.
Allí seguimos con los trabajos de relevamiento de la actividad
ballenera y tuvimos oprtunidad de disfrutar de un típico asado
criollo rodeados de glaciares en un día espectacular de sol y nada
de viento. Finalizadas las tareas iniciamos el regreso a Ushuaia, el pronóstico era bueno y nos largamos al cruce del Drake. El tercer día el viento aumentó hasta cerca de 30 nudos y algo nos movimos. Fue la despedida del famoso pasaje, el que al final nos dió una palmadita cariñosa como para que no nos olvidáramos por donde estábamos navegando.
Nosotros le agradecemos su deferencia.
El viaje fue espectacular, la experiencia maravillosa.
Fuimos a la antártida, hicimos lo que nos habíamos propuesto,
cruzamos el círculo polar antártico y regresamos sin problemas
de ningún tipo. Nos quedó el sabor amargo de ver tantas
bases argentinas paradas. Si el Estado no puede con todo el esfuerzo antártico
quizás habría que pensar en lo que hicieron los británicos
en Port. Lockroy. Que alguien se haga cargo del mantenimiento, aunque
sea para que la bandera argentina flamee en lejanos confines y sirva solo
como imagen. Esperemos que los burócratas no vean estas propuestas
como amenaza a sus puestos. Dificil.
Desde el Ice Lady Patagonia, hasta la próxima.
Marcelo Marienhoff.
Guillermo
May.
|